La digitalizaciónestá cambiando rápidamente tanto la forma en la que vivimos como en la que hacemos negocios. Estamos inmersos en un momento de cambio y las empresas deben iniciar un proceso de transformación que requiere un importante esfuerzo inversor en innovación y nuevas tecnologías. Porque las empresas que no lleven a cabo este proceso están abocadas a desaparecer en los próximos años. Para que esto no suceda, las empresas españolas, europeas y de todo el mundo deben aumentar su capacidad de innovación para poder competir en este nuevo mundo hiperconectado en el que vivimos. Pero en la mayoría de los casos, los costes son una de las principales razones para no invertir.
Es cierto que la capacidad de inversión en I+D de la industria farmacéutica en España es una de las más altas. De hecho, según los últimos datos de Farmaindustria, la inversión en investigación y desarrollo del sector alcanzó los1.147 millones de euros en 2017 en nuestro país. Lo que supone un aumento del 5,7% respecto a 2016 y lo posiciona al frente del I+D industrial, ya que representa más del 20% del total español.
Sin embargo, España es uno de los países que más ha decrecido su inversión en innovación con respecto a otros países. Según el informe Cotec de 2017, la UE invierte hoy un 25% más en I+D que antes del inicio de la crisis económica. Y España, un 10% menos. Lo que la convierte en un caso excepcional dentro de la comunidad europea. Conscientes de ello y para ayudar a las empresas españolas a garantizar su futuro ganando competitividad, Siemens cuenta con su división Siemens Financial Services (SFS) que apoya las inversiones relacionadas con la tecnología ofreciendo financiación de proyectos, equipos y soluciones de arrendamiento, financiación estructurada, préstamos de capital y servicios de asesoramiento personalizados.
La compañía aplica lo que denomina Financiación 4.0, un tipo de sistema de financiación flexible que permite a las empresas invertir de forma sostenible en la tecnología de la cuarta generación y en equipos de automatización para mejorar su competitividad. Concretamente, la compañía ha detectado el gran potencial de la digitalización en la industria farmacéutica y aplica estos sistemas de financiación adecuándolos al sector para responder a sus necesidades específicas, con el objetivo de facilitar la inversión en innovación para que las empresas puedan beneficiarse de las ventajas de la digitalización.
Cómo conseguir una industria farmacéutica de vanguardia
La Inteligencia Artificial (AI) está destinada a revolucionar la industria farmacéutica. De hecho, ya ha desempeñado un papel fundamental en la creación de fármacos con la identificación de medicamentos que podrían rediseñarse para tratar el virus del Ébola, a través del uso de supercomputadoras. Un análisis que normalmente habría llevado meses o años, se completó en menos de un día gracias a esta tecnología.
Pero esto no es todo. El impacto de la digitalización es de tanto alcance, que tambiénpermite a las compañías racionalizar y acelerar sus procesos comerciales. Por ejemplo, en el proceso de fabricación, las tecnologías mejoradas, como las máquinas de llenado de cápsulas, pueden ayudar a reducir el desperdicio y aumentar la velocidad de producción. O el uso de envases inteligentes puede ayudar a controlar las condiciones ambientales durante el almacenamiento y la entrega, como la temperatura, la humedad o el daño sufrido, y así garantizar que los medicamentos sean efectivos al llegar al paciente. Incluso el embalaje inteligente para medicamentos podría contar con sensores impresos que ayudasen al paciente a cumplir con el tratamiento del médico de forma estricta.
Por otro lado, las empresas también pueden adquirir equipos de prueba altamente modernos y sofisticados para realizar análisis de laboratorio. Estos sistemas de inmunoensayo de última generación mejoran sustancialmente la productividad, la precisión y el detalle de la prueba a través de un procesamiento de muestras óptimo. Esta tecnología, utilizada en las primeras etapas del desarrollo de fármacos, puede agilizar el flujo de trabajo, mejorar la eficiencia operativa y ofrecer una mejor atención al paciente.
Lo que está claro es que la tecnología digitalizada está cambiando rápidamente, mejorando y modernizando el cuidado de la salud. Para aprovechar los beneficios de esta nueva tecnología es vital que las compañías farmacéuticas diseñen estrategias para mantenerse al día con la revolución digital. La adquisición de innovaciones tecnológicas puede ayudar a ahorrar costes a la vez que garantizar resultados de alta calidad y reducción de desechos.
Las posibilidades en este terreno son muchas, pero, sin embargo, mantener el ritmo de los avances tecnológicos requiere un considerable gasto de capital. En este contexto, cada vez más fabricantes recurren a una gama de técnicas de financiación inteligentes como la Financiación 4.0, que les ayuda a invertir de forma sostenible. Este tipo de financiación cubre una amplia gama de requisitos, desde la adquisición de un único equipo digitalizado hasta la financiación de un nuevo proceso farmacéutico.
Con la Financiación 4.0 estamos ante el surgimiento de una nueva generación de tecnología digitalizada que vincula personas, tecnología y organizaciones. Lo que ha permitido alinear la inversión de las organizaciones privadas o públicas con los beneficios empresariales esperados. De esta forma, las finanzas y la tecnología se combinan en una propuesta de valor integrada donde el proveedor de soluciones ofrece a las organizaciones la posibilidad de pagar los resultados empresariales esperados, como mejoras de productividad, tiempo de actividad optimizado, ganancias de rendimiento precisas, reducción de costes o uso de energía reducido.
Los sistemas financieros especializados que ofrece Siemens Financial Services son capaces de crear paquetes de financiación personalizados que se ajustan a los requisitos específicos de una empresa de un determinado sector, ya que puede desde flexibilizar el período de financiación hasta adaptarse al flujo de efectivo del cliente, en contraposición a la financiación tradicional.