¿Puede el Internet de la energía ser la solución a la mayor crisis energética de la historia?

- Publicidad -

Un nuevo concepto resuena en los últimos tiempos entre analistas y profesionales del sector energético: Internet de la Energía. Se trata de una tendencia surgida de las urgencias provocadas por el cúmulo de sucesos que afectan a un sector más en crisis que nunca. Factores cómo el cambio climático, los conflictos internacionales, la crisis de suministros, la escalada de precios o las nuevas exigencias regulatorias han situado al sector en el punto de mira.  

Un consumo de energía eléctrica más inteligente y eficiente se ha convertido en la prioridad número uno de todos los agentes económicos a nivel mundial. La tecnología es la piedra angular sobre la que debe sustentarse la Industria para conseguir resolver la crisis energética actual y poder cumplir los objetivos de descarbonización consensuados a nivel global.  

Sobre esta convicción se asienta la concepción del internet de la energía que va un paso más allá del concepto de smart grid, aunando las tecnologías más punteras en Edge computing, IoT, automatización e Inteligencia Artificial en un ecosistema de intercambio de datos energético ciberseguro, que permita optimizar la distribución y el consumo de energía. Para ello el Internet de la energía será capaz de regular, programar y actualizar las fuentes generadoras, en función de las necesidades de consumo en tiempo real, con el objetivo de maximizar la eficiencia y sostenibilidad energética.

El principal reto de este nuevo paradigma es la homogeneización y estandarización de los datos a través de sistemas interconectados. Es aquí donde surge la necesidad de crear protocolos comunes de compartición de datos, que permitan el intercambio seguro de los mismos, preservando su soberanía. 

El Internet de la Energía empieza a vislumbrar ya la solución a este desafío con un sistema en red de componentes de infraestructura energética inteligente a través del Edge Computing: cada elemento energético, sea una subestación eléctrica, un centro de transformación, un recurso energético distribuido o el consumo final del ciudadano, analiza su propia información in situ en tiempo real y sólo comunica con la infraestructura centralizada aquellas desviaciones relevantes que puedan tener un impacto significativo en la red, reduciendo exponencialmente los costes del procesamiento con respecto al cloud. 

El objetivo del Internet de la Energía es recoger, organizar y poner la información de los dispositivos individuales a disposición de todos los demás participantes en la gestión de la red de forma sencilla, segura y rápida; y utilizar sistemas de previsión inteligentes a partir de información externa meteorológica, de tráfico, etc que permita predecir la futura demanda de energía.

Son muchos los actores a nivel global tanto del sector energético como gubernamental que están trabajando en el desarrollo de este ecosistema que permita resolver uno de los grandes problemas de nuestra era. Entre todos destacan proyectos europeos cómo Platoon (un consorcio de organizaciones que ofrece una metodología que aplica procesos distribuidos y tecnologías de analítica de datos para una gestión optimizada y en tiempo real de sistemas de energía para expertos en el ámbito de la energía) o españoles cómo Barbara, startup seleccionada por Platoon entre más de 500 compañías y única representante española en un proyecto financiado con fondos europeos para crear un mercado energético y de datos en la Unión Europea.

Si en Noruega hace mucho viento y en España hace mucho sol, que usuarios noruegos y españoles intercambien información favorecerá que se puedan vender y comprar energía. El proyecto intenta habilitar esa compartición de datos desde un punto de vista técnico, legal e incluso social” resume David Purón, CEO de Barbara.

Puedes obtener más información sobre el proyecto en el siguiente enlace.

 

- Publicidad -