Automatización de tareas, optimización de procesos y mayor productividad son las principales ventajas que ofrece el empleo de tecnología de IA en las plantas de producción. El uso de la inteligencia artificial en la industria supondrá doblar la tasa de crecimiento anual de este sector en 2035.
Una de las claves que define a la Industria 4.0 o cuarta revolución industrial es la inteligencia artificial. Una tecnología que amplía las capacidades humanas y que se encarga, entre otros, de analizar la información que se extrae a través de soluciones de IoT. Esto es, en el caso de la fábrica, la ingente cantidad de datos que se obtiene a partir de sensores instalados en las máquinas y otros activos propiciando su digitalización.
La firma de análisis Accenture estima que el uso de la IA en la industria supondrá doblar la tasa de crecimiento anual en 2035, cambiando la naturaleza del trabajo y estableciendo una nueva relación entre los humanos y las máquinas. Se prevé que el impacto de la IA en los negocios aumentará la productividad del trabajo hasta en un 40% y permitirá a las personas hacer un uso más eficiente de su tiempo.
Beneficios de la IA en la fábrica
La digitalización de los procesos de producción tiene un gran alcance. Modifica la operativa de una compañía, pero también afecta a las relaciones que mantiene con los clientes y con la fuerza laboral, que requerirá de nuevas capacidades. Los beneficios de esta trasformación son:
- Automatización de tareas: la sensorización de las máquinas facilita un mejor control de la operativa. Al contrario de las soluciones de automatización tradicionales, la innovación basada en la IA automatiza tareas físicas complejas que requieren adaptabilidad y agilidad, además de permite el autoaprendizaje.
- Optimización de procesos: al evitar la gestión manual se reducen los errores al mínimo mejorando las eficiencias de las operaciones y se facilita así mismo la toma de decisiones en tiempo real.
- Mayor productividad: la sistematización de determinados procesos permite a los trabajadores dedicarse a tareas en las que la IA tiene poco valor añadido y que, generalmente, son más creativas. En este sentido, la inteligencia artificial ayuda a las organizaciones a identificar el potencial del capital humano para mejorar su rendimiento y tasa de rentabilidad.
La IA permite el diseño, desarrollo e implementación de nuevos métodos y sistemas de gestión y análisis de datos, pasando de un enfoque reactivo a uno proactivo o predictivo. La plataforma Smart Factory by aggity integra el uso de técnicas de inteligencia artificial, aprendizaje profundo y redes neuronales inteligentes (ANN, por sus siglas en inglés) que, aplicadas al sector de la industria, facilitan su transformación digital.
Gracias al análisis basado en algoritmos que se adaptan a cada necesidad, esta solución convierte los grandes volúmenes de datos de los procesos industriales en información fácilmente interpretable. Es así como es posible controlar y evaluar el rendimiento en cada momento, además de ayudar a prevenir problemas en la fábrica, gestionar la calidad de los productos y trabajar con la mejor operativa posible.
Según datos recogidos por aggity, el despliegue de la solución se traduce en un incremento medio de la productividad del 35% y en la eliminación en un 95% del uso de papel. También se consigue reducir los plazos de entrega un 27%, el ’work in progress’ un 24% y los no conformes un 21%; además de acortarse en un 72% el tiempo de recogida de datos.