¿Está la industria preparada para el cambio en el reglamento sobre eficiencia energética?

- Publicidad -

La primera fase del Reglamento (UE) 2019/1781 sobre diseño ecológico para motores eléctricos y dispositivos de velocidad variable entra en vigor el próximo 1 de julio. La industria, por tanto, está a pocas semanas de tener que adaptarse y cumplir con unos requisitos mínimos a la hora de implementar y utilizar este tipo de tecnología de accionamiento para evitar multas y pérdidas reputacionales, todo ello en aras de la eficiencia energética y el cuidado del medio ambiente.

En concreto, la Unión Europea considera que “los sistemas accionados por motores eléctricos utilizan alrededor de la mitad de la electricidad que se produce en la Unión. […] Los dispositivos de velocidad variable ayudan a controlar la velocidad del motor y a aumentar la eficiencia energética de los sistemas motorizados, y su consumo de energía en la fase de utilización es el aspecto medioambiental más significativo de entre todas las fases de su ciclo de vida útil. […] Es conveniente reducir el consumo de electricidad de los motores eléctricos y los dispositivos de velocidad variable aplicando soluciones tecnológicas existentes, rentables y no privativas”.

¿Qué pasa el 1 de julio?

Se trata de una normativa que busca ayudar a alcanzar los objetivos de eficiencia energética marcados por la Unión Europea. Como parte de su plan, la UE diseñó el Reglamento (CE) 640/2009, en el que se establecen los requisitos de diseño ecológico para los motores eléctricos y los dispositivos de velocidad variable de conformidad con la Directiva 2009/125/CE del Parlamento Europeo. En octubre de 2019 entró en vigor el Reglamento (UE) 2019/1781 de conformidad con la misma directiva ya citada, que derogaba el anterior.

La UE calcula que solo el Reglamento (CE) 640/2009 ahorrará 102 TWh de energía de aquí al año 2030 y que el Reglamento (UE) 2019/1781 debería suponer un ahorro energético adicional estimado en 10 TWh al año.

A partir del 1 de julio, los motores IE3 se convertirán, prácticamente, en un estándar. En concreto, los motores trifásicos con una Pn entre 0,75 – 1.000 kW, con 2, 4, 6 u 8 polos, que no sean motores «Ex eb», deberán ser de al menos eficiencia IE3. Además, los motores trifásicos con una Pn entre 0,12 – 0,75 kW, con 2, 4, 6 u 8 polos, que no sean motores «Ex eb», deberán ser de al menos eficiencia IE2.

Medidas de eficiencia a falta de un enfoque integral

Esta fase del Reglamento (UE) 2019/1781 es una primera aproximación hacia la eficiencia energética, pero aún queda mucho camino por recorrer, especialmente si solo se consideran los componentes de forma individual y no al sistema como un conjunto que ha de ser energéticamente eficiente.

Para Román Cazorla, responsable del segmento MOEM en Eaton Iberia, “el nuevo reglamento hará que los motores IE3 e IE4 se conviertan en el estándar de aquí a 2023, lo cual es muy positivo en términos de consumo de energía. No obstante, aún queda margen de mejora, tanto por parte de los fabricantes como de la propia industria, que ha de mentalizarse de que ser energéticamente eficiente y cuidar del medio ambiente debe formar parte de su estrategia de negocio y de su día a día”.

Desde Eaton recomiendan ir un paso más allá de la normativa y centrarse, precisamente, en el aspecto de la tecnología que destaca el Reglamento. Aunque el cambio a motores eléctricos y dispositivos de velocidad variable más eficientes traerá consigo una reducción del consumo energético y de los gases contaminantes, bien es cierto que los mejores resultados se obtienen entendiendo al sistema como un todo.

Este enfoque integral, en el que cada componente o parte es eficiente, permite que se pueda realizar un análisis real y detallado del consumo de energía y actuar en consecuencia, mejorando aún más, si cabe, la energía que se consume. Y esto es algo que solo se consigue implementando tecnología puntera que, de base, es ya energéticamente eficiente, añade el responsable.

 

- Publicidad -